Sinceramente he de decir que a mi si me lo parece. Hablo de la profesión en sí misma NO de la carrera que te habilita como pedagogo. Vayamos por partes.
Solo un dato. A día de hoy, los inspectores educativos están “jugando” a sacar de donde no hay. Así, en los CEPA (Centro de Educación de Personas Adultas), se están reconvirtiendo plazas de diversa índole (primaria, enseñanzas abiertas.. ) en plazas de secundaria con el fin de que estos centros ayuden a absorber el tremendo fracaso escolar que registra la educación secundaria. Está claro que, ante la desproporción del problema, algo tendrá que decir la psicopedagogía tanto en la prevención como en la reconducción de tan tremenda lacra.
Lo de la carrera de psicopedagogía es otro tema. Con honrosas excepciones, aquí el esperpento tiene cabida:
§ Un esperpento es la barbarie de las asignaturas que versan sobre la estadística. Se que la mayoría de los estudiantes no hacen esta carrera para elucubrar tests psicológicos sino para ayudar a las personas que sufren a lo largo de su proceso formativo. Además no es mejor profesor quien más suspende ¿o es que alguien lo duda a estas alturas?
§ Un esperpento es la sobredimensión que, del conocimiento acerca de los test psicológicos, se le exige al alumnado porque:
- Si hace falta pasar un test, será en ese momento cuando el profesional verá como ha de aplicarlo. No es tan difícil.
- Los tests son productos comerciales. Si para la detección del problema A hoy es conveniente pasar el test X, mañana, por la evolución del mercado, será el test Y el que más conveniente resulte.
¿TU QUE CREES? (Ay pimo/a dime argo)
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