ADIOS ROBIN GIBB, HASTA SIEMPRE BEE GEES

Cuando en los 70, Jhon Travolta arrasaba con ídolo para adolescentes, muchos pensaron que este actor era flor de un día. Yo no. Siempre recordaré, aquella escena de la película “Saturday Night Fever” en la que Tony Manero, viajaba solo en el metro neoyorkino, meditabundo, valorando en un espeso silencio lo que había sido su vida hasta ese momento y considerando posibles nuevas alternativas. Por su puesto, a la creación de la atmósfera que rodea a la escena contribuyó de forma notable el tema que sonaba como música de fondo para la misma. Ese tema no era otro que la entrañable balada “How deep is your love?” de los tres hermanos australianos. Cuando años, muchos años, después Travolta sorprendió al mundo con su memorable actuación en Pulp Fiction pude decir: ya os lo advertí.

Desde aquel momento y hasta la fecha, los hermanos Gibb han formado parte de la sintonía de mi vida. Nunca pasa demasiado tiempos sin que vuelva ha escuchar parcial o totalmente el doble disco en directo “Here, at last…Bee Gees Live”. En mi Ipod permanecen permanentemente cargadas “Massachussetts” y “Run to me”. Y raro es que en mis conciertos sin público, aquellos con los que obsequio a mis vecinos próximos durante mis abluciones bajo alcachofa suspendida, no ataque con mi horrenda voz en falsete algún tema de la discografía de este grupo inolvidable. Por cierto, una discografía que, en vinilo, aún conservo en su mayoría.

Primero se nos fue Maurice, ahora Robin, solo nos queda un desolado Barry. Nunca más podremos verles juntos de nuevo. Afortunadamente, entre mi filmografía musical, conservo un memorable concierto en Las Vegas en los que los tres, ya maduros, dieron toda una serie de lecciones de buen hacer.

No me ha sido posible comenzar esta entrada con broma alguna (“I started a Joke”), no hubiese encontrado las palabras (“Words”) así que lo mejor es dejar que los espíritus vuelen (“Spirits Having Flown”).
Descansa en Paz Robin Gibb.